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Filosofía de educación (página 2)




Enviado por hernando



Partes: 1, 2, 3

Los educandos llevados a la Colonia Gorki, fueron en su
mayoría niños abandonados que seguramente buscaban
el cariño y consejo de sus mayores. "Estos muchachos
carecían en absoluto de una ideología callejera y
se marchaban con la esperanza de ir a parar a una colonia o a una
casa infantil mejor. Se agolpaban en las puertas de la
Protección Social de Menores La hermandad
pedagógica, obstinada y soberbia, no soltaba tan
fácilmente de sus manos a las víctimas que le
pertenecían, y, en general, no se imaginaba que pudiera
existir una vida humana sin un baño previo de
educación socialista". La educación socialista
consiste en educar al hombre en buenas condiciones humanas, con
el fin de que el educando sea el individuo realizado a sí
mismo y para vivir adecuadamente en la sociedad con equidad
social, con un juicio racional, que descansen sus postulados
sociales en la naturaleza humana. Por cierto, la educación
socialista es la formación social del hombre; no se
contenta simplemente con tener a los educandos en buenas
condiciones, en dar habitación y de comer; sino el
baño de la educación socialista está en
formar al hombre para la vida futura donde la persona pueda
realizarse plenamente, es decir, una educación humana con
fines humanos. En palabras de E. Fromm, el socialismo para Marx
es un medio que consiste en: "la abolición de la
enajenación del hombre, la recuperación del hombre
como verdadero ser humano. "Es la resolución definitiva
del antagonismo entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre
y el hombre". Para Marx, el socialismo significaba el orden
social que permite la recuperación del hombre, la
identificación entre existencia y esencia, la
superación de la separación y el antagonismo entre
sujeto y objeto, la humanización de la naturaleza;
significaba un mundo en el que el hombre no es ya un
extraño entre extraños, sino está en su
mundo, donde se siente como en su propia morada".

Makarenko, consciente de sus objetivos y del momento
social que atraviesa, observó con más minuciosidad
a sus educandos y afirmó: "Al mismo tiempo, estos
niños no tenían nada de idiotas. En realidad, eran
muchachos corrientes, colocados por el destino en una
situación increíblemente estúpida: por una
parte, estaban privados de todos los bienes del desarrollo
humano, por otra parte, el destino les había arrancado a
las condiciones salvadoras de la sencilla lucha por la vida al
asegurarles la pitanza, mala, pero diaria". Este análisis
inmediato le permitió al autor conocer la situación
social de sus educandos.

Al mismo tiempo, Makarenko sintió una gran
satisfacción al tener a sus colonos. Porque para él
"el punto de apoyo" eran los colonos y afirmó
"¡Cuatrocientos colonos! Me imaginaba cómo se
habría alegrado Arquímedes si le hubieran ofrecido
cuatrocientos colonos. Posiblemente hubiese renunciado hasta a su
punto de apoyo en su afán de mover el mundo. Con un aire
indiferente devoraban la sopa y la mantequilla salieron del
comedor, chupándose los dedos sucios y despreciando mis
miradas, llenas de una esperanza digna de Arquímedes". La
esperanza del futuro está en los niños, es decir,
la fuerza humana que va creciendo: son los niños.
"Cuatrocientos colonos", es decir, cuatrocientas vidas humanas,
esto implica una fuerza poderosa para alcanzar cualquier objetivo
planteado.

La realidad descrita de los educandos de Makarenko de
ese momento, hizo que el autor se exprese de la siguiente manera:
"Y, mientras tanto, a mis pies está la tierra emporcada de
Kuriazh, los viejos muros, saturados de olores a sudor, a
incienso y los chinches, los pecados seculares de los popes y la
miseria purulenta de los niños desamparados. No, esto,
naturalmente, no es el mundo real. Esto parece inventado por
alguien.". Sí, inventado por alguien, inventado por el
hombre mismo, producto de sí mismo. La miseria de la vida
social no es un azar, ni mucho menos un castigo sobrenatural,
sino es simplemente el producto negativo del hombre.

Sobre todo, el fin está claro, se trata de
reeducar a estos niños y adolescentes, porque estos
muchachos para Makarenko son una riqueza humana, por eso
afirmó con estas palabras el autor: "En conjunto, los
muchachos no son malos; a pesar de todo, tienen su personalidad,
y esto me ha gustado siempre a mí: hay donde aferrarse".
Ese punto de apoyo, es la concepción antropológica
del hombre que tuvo el autor: con una vida mejor, con un trato
mejor, con una educación adecuada y con métodos
humanos, es posible la reeducación de estos
muchachos.

2. NECESIDAD DEL CAMBIO SOCIAL: LOS
PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN DE MAKARENKO.

2.1. FORMAR AL HOMBRE PARA UNA SOCIEDAD SANA, ALEGRE
Y LIBRE: EL HOMBRE NUEVO.

Una vez expuesto el momento histórico social de
la época en la que tocó trabajar a Makarenko y
descrita la situación de sus educandos, es preciso
señalar los objetivos que pretendió alcanzar con su
práctica pedagógica. Por supuesto, el objetivo
general es aportar al nuevo sistema político formando
hombres para la sociedad comunista. La revolución
protagonizada por los proletarios de ese país,
cambió el sistema político y se implantó un
nuevo sistema en todo nivel. "En nuestro País
soviético, – dijo Krupskaya – donde ahora se pasa del
capitalismo al socialismo, las cuestiones no son tan simples. El
poder está en manos de los obreros y los campesinos, los
capitalistas han sido vencidos y las relaciones son más
complejas que en la sociedad capitalista, en la que una clase se
halla frente a la otra y todo está claro".

Entonces, la labor pedagógica en la colonia Gorki
de Makarenko será aportar al nuevo sistema de soviets, con
la pedagogía adecuada formando "hombres nuevos" como dijo
a continuación Krupskaya: "Nosotros procuramos hacer de
nuestros hijos personas multifacéticamente desarrolladas,
conscientes y sanas de cuerpo, que no sean individualistas, sino
colectivistas, que no se contrapongan a la colectividad, sino que
construyan su fuerza y acrecienten su importancia".

Cuando se cambia un sistema estructural político
de un país por otro nuevo, es necesario educar al hombre
de una nueva forma para que sea parte de ese nuevo sistema.
"Lenin decía: Ahora la tarea consiste en crear nuevas
relaciones laborales. Durante el feudalismo se trabajaba bajo la
amenaza del látigo, durante el Capitalismo, por el miedo
al hambre, pero en nuestra época el trabajo debe ser
consciente, unido y colectivo".

Para Makarenko, la educación es de utilidad
práctica, y a través de ella se puede alcanzar los
objetivos sociales; estos objetivos deberán descansar en
los fines políticos planteados, en palabras de Makarenko:
"La pedagogía, especialmente la teoría de la
educación, es ante todo una ciencia de utilidad
práctica. No podemos dedicarnos a educar simplemente a la
persona, no tenemos derecho a realizar un trabajo educador, sin
plantearnos un determinado fin político". La
educación es el "medio" más eficaz para alcanzar
los fines políticos. En el caso de la URSS, "el fin
político es implantar la sociedad comunista
", que
tiene como fin la equidad de oportunidades, de justicia, de
igualdad de toda la humanidad.

De esta manera, la pedagogía es una obra que
responde a los intereses sociales. En palabras del autor: "Para
mí, la pedagogía es una obra social. Cuando educo a
un hombre, debo saber precisamente lo que saldrá de mis
manos", porque con la educación se pretende formar hombres
para el futuro, de esta manera, con la práctica
pedagógica, se pretende educar ciudadanos sanos y
útiles a la sociedad.

El objetivo central de la educación de Makarenko
es formar al hombre para una sociedad sana, alegre y libre; por
esto afirma: "El quid no está, hermano, en los edificios;
lo importante es educar al hombre nuevo, pero vosotros,
los pedagogos, no hacéis más que sabotearlo todo:
el edificio no os gusta y las mesas no son como deben ser. Os
falta El fuego revolucionario". El "hombre nuevo" es aquel ser
humano con una belleza interior, movido por los impulsos morales
asume la tarea humana de construir una sociedad alegre, justa,
sana y libre. Esto significa, una sociedad de hombres libres de
toda corrupción humana, al ser así, la humanidad
habría alcanzado una "vida ideal" planteada por algunos
filósofos y pedagogos.

"Nadie puede obligar a hacer locomotoras de cubos viejos
o conservas de mondas de patata. Y yo no debo hacer locomotoras
ni conservas, sino hombres verdaderamente soviéticos".
Para Makarenko el hombre verdaderamente soviético es aquel
sujeto formado para construir y vivir en una sociedad sana y
humana; es decir, hombre que sabe adecuarse a las circunstancias
de la vida y al mismo tiempo sabe emplear buenas estrategias
sociales en bien de la comunidad ante cualquier problema. Este
hombre no es un ser que carece de fuerza, no es un hombre
débil, sino es aquel hombre vigoroso con valores sociales
y carácter forjado.

"Todos sabemos perfectamente qué hombre
debemos educar
; esto lo sabe cada obrero culto y consciente
y lo sabe bien cada miembro del Partido. Por lo tanto, las
dificultades no estriban en la cuestión de qué
hacer, sino de cómo hacer". El problema no queda
solucionado con tener una idea de, qué hombre se busca
hacer con la educación, sino el problema ahora es
cómo
llegar a ese fin planteado, en otras palabras,
qué método es más eficaz para alcanzar ese
fin, porque los fines no pueden justificar los medios en los
hechos sociales, menos aún en la
educación.

2.2. FORMAR AL "HOMBRE NUEVO" DE UN "MODO
NUEVO".

Una vez planteado el "fin" se debe buscar los "medios"
para lograrlos. Hay "medios" positivos, neutros y totalmente
negativos. En una obra social los medios deben adecuarse a los
fines, porque siempre el "fin" y los "medios" están
estrechamente relacionados.

Por esta razón, Makarenko reflexiona: "El fruto
principal que yo obtenía de mis lecturas era una firme y
honda convicción de que no poseía ninguna ciencia
ni teoría, de que era preciso deducir la teoría de
todo el conjunto de fenómenos reales que
transcurrían ante mis ojos. En principio, yo ni siquiera
lo comprendía, pero veía, simplemente, que no
necesitaba fórmulas librescas, que, de todas suertes, no
podría aplicar a mi trabajo, sino un análisis
inmediato y una acción también
inmediata".

Las teorías más fructíferas son
aquellas teorías elaboradas a partir de la experiencia
real, las que nacen de los hechos concretos y sólo la
relación dialéctica entre estos dos aspectos hace
que ambos se fortalezcan para alcanzar resultados
óptimos.

Makarenko, consciente de que tiene que encontrar la
metodología educativa en el propio hecho real, reafirma lo
siguiente: "La técnica puede ser deducida solamente de
la experiencia
. No se podría haber encontrado las
leyes del torneado de los metales si en la experiencia de la
humanidad nadie hubiera torneado metales alguna vez. Sólo
cuando existe una experiencia técnica, son posibles los
inventos, los perfeccionamientos, la selección.".
Makarenko quiere decir, la teoría nace de la experiencia;
sólo una teoría que nace de la experiencia puede
ser aplicada con ciertas correcciones a otros casos
reales.

En la época zarista hubo también colonias
para delincuentes y vagabundos, pero esta colonia se
restringía a vigilar a los internos, aplicando el castigo
físico a quienes infringían las normas
establecidas, es decir, como una cárcel, donde no se
recibe ninguna rehabilitación, sino una condena; esto
apaga todo el espíritu sobrante del desafortunado, como el
propio autor dijo: "- También antes de la
revolución se hacía entrar en vereda a esos
vagabundos. Entonces había colonias de delincuentes
menores de edad – Esto no es lo mismo, ¿sabes?… Lo de
antes no sirve – Precisamente. Y esto quiere decir el hombre
nuevo debe ser forjado de un modo nuevo… –
Pero nadie sabe cómo…".

El castigo físico no es el método adecuado
para formar al "hombre nuevo". De esta manera, en la experiencia
pedagógica de Makarenko se irán formando los nuevos
métodos adecuados, los cuales serán una respuesta
adecuada al sistema estructural que necesita la nueva sociedad
comunista de la URSS. En la época zarista campeaba la
educación tradicional con un método completamente
contrario a la naturaleza humana: el palo y el castigo
físico. La disciplina, a diferencia de la
concepción de Makarenko, era un "medio" para mantener a
los educandos en la obediencia ciega hacia sus
superiores.

La tarea educativa es hacer de la persona un elemento
activo de la nueva época, por lo tanto, se requieren
métodos educativos diferentes, como dijo el autor: "Para
nosotros, no bastaba corregir a una persona. Era preciso educarla
de un modo nuevo, no para hacer simplemente de ella un miembro
inofensivo y seguro de la sociedad, sino para convertirla en un
elemento activo de la nueva época.". Por lo tanto, ahora
es oportuno entrar en la práctica, o sea, una vez ubicado
el problema, planteado el fin de la obra pedagógica y
teniendo presente la idea de formar de un "modo nuevo" al
educando, es necesario pasar a la acción
pedagógica. De esta manera, el siguiente capítulo
describe la práctica pedagógica de la Colonia
Gorki.

LA PEDAGOGÍA EN LA "COLONIA GORKI":
LOS MEDIOS PEDAGÓGICOS.

  • LA PEDAGOGÍA DE LA
    DISCIPLINA.

Una vez revisada las teorías sobre los
métodos de la educación, Makarenko emprende otro
camino en su práctica pedagógica, es decir, en la
Colonia Gorki "La nueva pedagogía no nació de las
torturantes convulsiones de un intelecto de gabinete –
afirmó Makarenko -, sino de los movimientos vivos de los
hombres, de las tradiciones y reacciones de una colectividad
real, de las nuevas formas de amistad y disciplina". Uno de los
medios pedagógicos empleados en la Colonia Gorki fue la
disciplina.

Para el autor, la disciplina no sólo es un medio,
sino también es el fin último. La disciplina no
consiste en imprimir la obediencia, la docilidad en los
educandos, sino es la "actitud correcta" de los individuos frente
a

la sociedad y a sí mismo, como Makarenko
arengó a sus educandos: "Elegid, muchachos, qué os
conviene más. Yo no puedo actuar de otra manera. En la
colonia tiene que haber disciplina. Si no os gusta, marchaos cada
uno a donde queráis. Pero el que se quede aquí,
observará la disciplina. Como gustéis. Aquí
no habrá ninguna cueva de ladrones.". En los primeros
meses en la Colonia, Makarenko se enfrenta con problemas de
carácter moral, donde los colonos hicieron el desorden
robándose entre ellos; esto necesariamente terminó
en un acto de repudio, y Makarenko puso fin a los robos
utilizando medios pedagógicos -se describe más
adelante de manera detallada- sin dañar la frágil
colectividad.

Por esta razón, Makarenko reprendió a sus
educandos con estas palabras: "… El poder soviético me
ha encargado el trabajo: hacer tu vida racional y feliz, tu vida,
¿comprendes?…".

Los primeros días para Makarenko fueron
pedagógicamente momentos difíciles para la
reeducación de los infractores de la ley y de los
vagabundos, el desorden, la indisciplina, el hábito
vandálico de los primeros educandos dificultó la
reeducación. Makarenko en un momento de tensión
salió del marco pedagógico, enfadado por la
grosería de Zadórov, abofeteó a este
educando y posteriormente afirmó de esta manera el autor:
"En el terreno de la disciplina, el incidente con Zadórov
había señalado un viraje. Y, en honor a la verdad,
yo no me sentía atormentado por ningún
remordimiento de conciencia. Sí, había abofeteado a
un educando. Yo experimentaba toda la incongruencia
pedagógica, toda la ilegalidad jurídica de aquel
hecho, pero al mismo tiempo comprendía que la pureza de
mis manos pedagógicas era un asunto secundario en
comparación con la tarea planteada ante mí". En el
terreno de la formación del hombre, no se puede echar a
perder un fin planteado por una causa de un amotinamiento de un
educando, sino sobre todo está el fin último que
alcanzar. Por supuesto, Makarenko no justifica el castigo
físico; sino reconoce que fue una "incongruencia
pedagógica".

Makarenko reconoció su falta de la siguiente
manera: "Sin embargo, es preciso señalar que yo no pensaba
ni por un minuto haber hallado en la violencia un medio
todopoderoso de pedagogía. El incidente con Zadórov
me había costado más caro que al mismo
Zadórov más fuerte que yo, podía haberme
mutilado de un golpe. Considere usted, además que no tiene
miedo a nada, como tampoco tiene miedo Burún y los
demás. En toda historia ellos no ven los golpes, sino la
ira, el estallido humano".

Por cierto, Makarenko fue enemigo de la pedagogía
del palo y del castigo físico, porque éste
simplemente educa esclavos y no hombres libres; de ninguna manera
el autor justifica la violencia, sino el incidente con
Zadórov, fue un caso circunstancial, no ha sido una obra
sistemática de la labor pedagógica -como ocurre en
la pedagogía tradicional: "la letra entra con sangre".
Pero el resultado fue satisfactorio, los colonos no ven los
golpes – como dijo el autor – sino el estallido humano, en otras
palabras, ven en la ira la intención del profesor, esta
ira de Makarenko tuvo un contenido humano, este contenido se
trataba de ayudar a ellos. De esta manera, los colonos dan su
consentimiento a la exigencia de su profesor y cambian de
comportamiento colaborando con él.

Poco a poco, Makarenko instauró la disciplina en
la Colonia, aquélla es sumamente necesaria en una tarea
complicada: "Nuestra disciplina será rigurosa. La
disciplina nos es necesaria porque lo que tenemos que hacer es
mucho y difícil. Y lo haremos mal si entre nosotros no hay
disciplina" -dijo Makarenko.

La disciplina para Makarenko ha sido un medio
fundamental en su labor pedagógica. La disciplina implica
para este autor una actitud correcta de los educandos
dentro de una estructura colectiva, con intenciones sanas y un
trabajo consciente que brota de la pureza humana. Poco a poco
este ambiente se instauró en la colonia, pero
todavía frágil. El mismo autor lo dijo así:
"Pronto conseguimos instaurar en el molino – fue una de las
actividades en la Colonia Gorki – el mismo ambiente que en la
colonia. Había animación, alegría, la
disciplina andaba con pisadas suaves y severas, agarrando
cuidadosamente, delicadamente, a los infractores casuales y los
colocaba en su sitio". De esta manera, el orden en la Colonia iba
adquiriendo un valor para los mismos educandos. Es cierto, el
hombre por naturaleza tiene terror al desorden social; las
infracciones de la ley no se dan porque la persona haya nacido
para infringir, sino las causas brotan de la misma sociedad y las
obliga a actuar de esa manera.

"El quid de la educación reside en que los chicos
y chicas se hacen infractores de la ley o anormales debido a la
existencia de una pedagogía infractora de la ley o
anormal". La disciplina es la armonía entre los individuos
dentro de una colectividad, en donde todos siente una confianza
agradable y al mismo tiempo sienten la unidad hacia un fin
común: de superar su situación social. Por esta
razón, donde hay disciplina hay una vida armoniosa
-reciprocidad, alegría, libertad, trabajo- donde los
educandos de una colectividad están lejos de cometer
infracciones.

Entonces, ""La iniciativa debe consistir en replegarse
en orden y en atenerse rigurosamente a la disciplina", dijo Lenin
en 27 de marzo el 1922 en el XI Congreso del Partido Comunista de
Rusia."

La disciplina es un "medio" pedagógico y al mismo
tiempo es un "fin" pedagógico. Es un "medio" porque
instaurar la disciplina en un ambiente de desorden inspira al
educando el valor de la vida y su belleza, pero al mismo tiempo,
la disciplina es el "fin" último: lograr hombre
disciplinado, como a continuación dijo el autor: "La
disciplina es la suma de la influencia educadora, incluidos
también los procesos de instrucción,
formación política, organización del
carácter, choques, conflictos y su solución en la
colectividad, del proceso de amistad y confianza, así como
decididamente de todo el proceso educativo, incluyendo
también los procesos de educación y desarrollo
físico, etc.".

En la Colonia Gorki, Makarenko poco a poco logra
instaurar una disciplina consciente. Al pasar del tiempo,
ésta fue una belleza de la vida con hombres nuevos,
partidarios de la disciplina. El éxito fue el buen uso de
la palabra "disciplina" no como un dominio, sino como un valor
social que da sentido a una colectividad en movimiento llena de
vida.

Es imprescindible ante todo la disciplina cuando se
trata de realizar una tarea en medio de un conflicto social, de
esta manera, el autor reiteró el valor de ésta
cuando se trata de alcanzar una tarea complicada como es la
formación del "hombre nuevo": "Nuestro país
necesita la disciplina porque estamos realizando una obra
heroica, de importancia mundial, porque estamos rodeados de
enemigos y tendremos que luchar, tendremos que luchar sin falta.
Debéis salir de la colonia templados, conociendo el valor
de la disciplina".

3. 2. LA PEDAGOGÍA DE LA
CONFIANZA.

Los educandos de Makarenko fueron chicos infractores de
la ley y vagabundos, la mayoría con antecedentes
criminales, esto dificultaba el buen desenvolvimiento
pedagógico. A pesar de todo, Makarenko jamás
mostró desconfianza ante sus educandos, sino más
bien actúo de manera más tranquila con sus
estudiantes, aunque sabía muy bien que tenían
antecedentes negativos. El método fundamental para
corregir a los infractores de la ley era ignorar sus antecedentes
negativos. Este hecho asombró a los propios educandos,
cuando con toda confianza mandó a cobrar una suma de
dinero a uno de sus educandos S. Karabánov a dos semanas
de retorno a la Colonia.

En palabras del autor: Dos semanas más tarde,
llamé a Semión y le dije simplemente:

-Aquí tienes un recibo: debes cobrar quinientos
rublos en la sección de finanzas.

Semión abrió los ojos y la boca, se puso
primero pálido y luego gris, por fin, balbuceó
torpemente:

-¿Quinientos rublos? ¿Y qué
más?

-Nada más -respondí, mirando hacia el
cajón de la mesa-. Vas y me traes el dinero.

Antes de anochecer, Semión, ceñido por un
cinturón y envuelto en una corta pelliza de herrero, fino
y esbelto, aunque sombrío, entró en mi
habitación -dijo Makarenko. Sencillamente depositó
sobre la mesa un fajo de billetes y la pistola -Tomé el
paquete y, con la voz más indiferente e inexpresiva de que
fui capaz, pregunté a Semión: ¿Has contado
los billetes? Sí -me respondió- Yo arrojé
descuidadamente el fajo en el cajón.

Dos semanas más tarde nuevamente Makarenko llama
a Semión y ordenó:

– Tienes que ir a buscar dos mil rublos.

Semión contestó desconcertado: ¿Dos
mil rublos? Y ¿ si no lo traigo?. -Makarenko
increpó ordenando que la cumpla-. Y se marchó
Semión murmurando confusamente.

Al traer el dinero, insistió Semión a
Makarenko:

Cuéntelo.

¿Para qué? -Dijo Makarenko.

Cuéntelo, se lo pido.

Pero si tú lo has contado ya -respondió
Makarenko.

Le digo que lo cuente.

¡Déjame! -Contestó
Makarenko.

¡Está usted burlándose de mí!
No es posible que tenga tanta confianza -murmuró
sollozando Semión.

Ahora ya sabes -dijo Makarenko- cómo hay que
cobrar el dinero: en lo sucesivo tú seguirás
cobrándolo. No es ninguna astucia, yo no tengo miedo a
nada. Sé que eres un hombre tan honrado como yo. Esto lo
sabía ya antes. ¿Es que tú no te
habías dado cuenta?.

No, yo pensaba que usted no lo sabía
-contestó Semión.

Esta confianza que tuvo el autor en sus educandos, hizo
posible la reeducación de los infractores de la ley y de
los vagabundos. Makarenko se caracterizó como pedagogo por
no recordar sus pasados negativos a sus educandos, como
afirmó el autor de esta manera: "Yo consideraba que el
método fundamental de reeducación de los
delincuentes se basaba en la ignorancia completa de sus pasados y
tanto más los antiguos delitos".

Makarenko jamás ha encontrado en la naturaleza
humana el "defecto innato". El hombre infringe las leyes sociales
cuando las condiciones son malas. Por esta razón Makarenko
escribió: " Quien halla condiciones normales y humanas, se
hace normal al día siguiente"; es decir, basta al
infractor colocar en condiciones adecuadas, el transgresor se
convierte en hombre prudente. En realidad, los niños no
son culpables de su actitud negativa, sino los culpables son los
métodos pedagógicos. Si no tuviera el autor esta
concepción del hombre, habría desconfiado de
Semión, porque éste, antes de llegar a la Colonia
había sido recluido en la cárcel, Makarenko lo
había sacado de ésta. El mismo protagonista cuenta
de esta manera: Las puertas de la cárcel se abrieron de
par en par. Acompañado de Antón Semiónovich
(Makarenko), comencé a marchar por el trecho más
feliz del camino de la vida. Y, además, al poco rato de
abandonar la cárcel, Makarenko manda a hacer algunas
compras a Semión, indicando que él no tiene tiempo,
por tanto, pide que le ayude a hacer compras de víveres
para la Colonia. Esta actitud, selló definitivamente en la
conducta de Semión la confianza que tuvo Makarenko con
él. ¿Cómo Makarenko pudo confiar una tarea
de compras a un recién sacado de la cárcel? Pues
precisamente este autor se caracterizó en olvidar los
pasados tristes de su educando. Esta actitud, por cierto, al peor
criminal inspira confianza y vida.

3. 3. LA PEDAGOGÍA DEL
COGOBIERNO.

En los primeros días en la Colonia Gorki,
Makarenko se enfrentó con problemas difíciles, como
ser: el problema de la infraestructura, el problema de los
recursos humanos, el problema de la alimentación y,
además, con el problema de la indisciplina. Los primeros
seis educandos como se ha dicho en otras páginas, eran
chicos que tenían antecedentes negativos, de esta manera,
el desorden, el robo campeaba en los primeros días. A
Makarenko no le quedó otro camino que esperar el momento
propicio para actuar pedagógicamente ante esta
situación; pues se presentó un montón de
robos, no sólo afectaba la reeducación de los
educados, sino el robo tuvo repercusión social,
dañaba a los intereses de los otros educandos; veamos el
relato del autor:

"¡Por fin había llegado hasta el verdadero
mal! Sometí a Burún al juicio de un tribunal
popular, el primer juicio en la historia de nuestra Colonia. En
el dormitorio, sobre las camas y las mesas, se instalaron los
jueces negros y harapientos. Un débil quinqué
alumbraba los rostros agitados de los colonos y la cara
pálida de Burún, pesadote y lento, con el cuello
grueso, parecido a Mackinley, el presidente de los Estados
Unidos". Este método optado por Makarenko dio resultado;
es ahora cuando habla la colectividad por sus intereses, ya no es
sólo el profesor, sino habla el interés colectivo:
la voluntad suprema. Dar lugar a los interesados a expresar y a
velar sus derechos, es despertar en los educandos el sentimiento
de la colectividad.

Los educandos y los educadores (en la Colonia) no se
diferenciaron en ningún momento como en la
pedagogía tradicional, sino fueron uno solo luchando por
la misma causa, y con un solo fin. Los trabajos de los educadores
no sólo se restringían al trabajo de la
enseñanzaaprendizaje, sino como dijo el autor, el trabajo
abarcó de esta manera:

"(…) guardia principal, guardia durante el trabajo y
guardia nocturna. Además, los educadores daban clases
todas las mañanas en la escuela". De esta manera, los
educandos se dieron cuenta que su educador estaba luchando por la
causa de ellos de salir adelante. El trabajar junto con ellos,
sumergirse en sus actividades más ínfimas, trabajar
con el ánimo de superar las condiciones de los educandos,
despierta la confianza de los estudiantes hacia sus educadores, a
la vez un respeto humano. Por esta razón el cogobierno
tiene una influencia pedagógica.

He aquí un ejemplo descrito por el autor: "La
participación de los educadores en el trabajo era una
participación real, porque, en nuestras condiciones, otras
cosa habría sido imposible, los educadores trabajan en los
talleres, en la tala, en el campo y en la huerta, en la
reparación".

La organización política en la Colonia era
con la participación activa de los educandos, la cual al
mismo tiempo constituían como la máxima instancia:
"La Asamblea General". Todas las decisiones se tomaban por la
deliberación de la Magna Asamblea, ésta era el
órgano de regulación de las actividades en la
Colonia, todos por supuesto respetaban y acataban las decisiones
tomadas en la Asamblea.

En la Colonia Gorki, desde las primeras semanas
optó Makarenko el método de cogobierno que se ha
mantenido hasta los últimos días: "La Asamblea
General, como todas las asambleas en el último tiempo,
escuchó mi informe con reserva y atención. Mientras
hablaba, yo oía con curiosidad no sólo a la
Asamblea, sino también a mí mismo" -escribió
Makarenko.

La administración social, política y
económica, fueron manejadas por la Asamblea General y
dirigido por Makarenko; en uno de esas ocasiones describió
el autor de esta manera: "El Soviet de jefes ha decidido casar a
Olga con Pável (…) a Olga, para que organice su
economía se le da: una vaca con un ternero de raza. Una
yegua con un potrillo. Cinco ovejas. Un cerdo de raza inglesa
(…) Herramientas de trabajo, y semillas (…)".

3. 4. LA PEDAGOGÍA DEL RÉGIMEN MILITAR
O CIVISMO

Una colectividad sin una organización racional
tiende a convertirse en un conjunto de individuos carentes de
forma. Makarenko optó por la conformación de
"destacamentos" que consistió en una organización
sistemática con sus derechos y obligaciones. Cada
destacamento al final de su trabajo mediante su responsable,
tenía el deber de hacer conocer ante toda la colectividad
los resultados de la jornada de trabajo. Esta forma de
organización en la Colonia tuvo grandes éxitos, que
describió el autor de esta manera: "El sistema de
destacamentos mixtos hacía la vida en la Colonia muy
intensa y llena de interés, de sucesión de
funciones de trabajo y de organización, de ejercicios de
mando y de subordinación, de movimientos colectivos y
personales". Un verdadero movimiento social orgánico de
reciprocidad en la Colonia. Los colonos se capacitaban a ejercer
cualquier función social que la vida les asignase, una
verdadera pedagogía social, donde los educandos aprenden a
mandar y a obedecer y viceversa.

Mientras tanto -escribió Makarenko-, en la
colonia Gorki la primera y ardorosa decisión iba
adquiriendo gradualmente la forma de una preparación
tranquila y precisa, de una preparación militar.
Lápot era quien dirigía prácticamente la
Colonia con ayuda de Kóval en los casos complicados, pero
no costaba trabajo dirigir, jamás había existido en
la Colonia un ambiente tan cordial, una sensación tan
profunda del deber recíproco". El deber recíproco,
el respeto mutuo, la rotación de cargos y funciones, hace
en el hombre que despierten los valores humanos que yacen en los
recónditos de su naturaleza.

El régimen militar es un "medio" no un "fin",
tiene una función que da belleza a una colectividad
social; forma en los educandos el valor de la gallardía.
No hablamos del régimen militar tradicional, sino de una
organización armónica humana que anhela cumplir una
función altamente social. Como a continuación
reiteró el autor: "En los días de fiesta
proletaria, la Colonia entraba en la ciudad al son de sus
tambores, asombrando a los ciudadanos y a los impresionables
pedagogos por su aspecto marcial, su férrea disciplina y
su original apostura".

La Colonia se estructuraba a la manera de un
régimen militar, cada destacamento cumplía un
trabajo determinado y también por turnos cumplían
el servicio de guardia. "Esperaban con afán e impaciencia
cada regreso mío -afirmó Makarenko-, montaban la
guardia en los caminos y en los árboles, avizoraban desde
los tejados. Tan pronto como mi coche entraba en el patio, el
trompeta corría y tocaba a asamblea sin solicitar mi
permiso. Yo iba dócilmente a la
reunión".

No utilizaban campanas ni timbres, sino el trompetista
se encargaba de llamar a las reuniones: hora de descanso, hora de
almuerzo, hora de despertar, etc., porque según ellos, "El
timbre es un estúpido que siempre dice lo mismo. En
cambio, esta es una señal inteligente: reunión
general. Y hay otras que significan reunión de jefes y
silencio y otra de alarma. ¡Oh! Si Vañka toca la
alarma hasta los muertos correrán a sofocar el incendio y
usted correrá también" -escribió
Makarenko.

En la Colonia imperaba una disciplina consciente, cada
paso era calculado con exactitud, no había holgazanes, ni
se perdía el tiempo en vanas cosas, cada quién
tenía una responsabilidad que cumplir, y mientras tanto:
"La colonia seguía despertándose al toque de diana
y, en destacamentos bien formados se lanzaba al campo sin mirar
hacia atrás y sin perder energías en el
análisis de la vida". Una colectividad organizada de
manera sistemática, por la voluntad de los que
actúan, es un placer cumplir en ella con las funciones
asignadas.

3. 5. LA PEDAGOGÍA DE LA
ESPERANZA.

Toda organización social mancomunada,
disciplinada y laboriosa, se hace patente en un marco de
esperanzas que abre caminos de perspectivas para el hombre. Por
esta razón, en la Colonia este medio fue tan importante
para Makarenko, y afirmó: "La segunda institución
importante entre nosotros era el sistema de la perspectiva. Como
es sabido, hay dos vías para la organización de la
perspectiva y, por lo tanto, del esfuerzo de trabajo. La primera
vía consistía en trazar la perspectiva personal,
interesando materialmente al individuo. Este último, dicho
sea de paso, estaba decididamente prohibido por los pensadores
pedagógicos de aquel tiempo".

La vida del hombre es un recipiente de valores, sin
éstos la vida no tendría sentido. El ser humano
siempre proyecta su vida hacia el futuro, con esto crea
esperanzas óptimas para su vida. Comprendiendo la
naturaleza humana, Makarenko afirmó lo siguiente:
"Primeramente, hay que organizar la propia felicidad, engendrarla
y establecerla como una realidad tangible. En segundo lugar, es
preciso transformar insistentemente las formas más simples
de felicidad en formas más complejas y considerables desde
el punto de vista humano. Por aquí pasa una línea
interesante: desde la primitiva satisfacción de comer una
rosquilla cualquiera hasta el profundísimo sentimiento del
deber".

En el educando hay que despertar el valor de la vida, el
valor de la colectividad en función de un futuro mejor. En
la Colonia, los educadores se encargaban de esta tarea: "Los
educadores eran los responsables de hacer despertar en el
destacamento la idea del honor colectivo y el afán de
obtener en la Colonia el mejor puesto, el más honroso.
Naturalmente, no se lograba despertar en un solo día los
nobles estímulos del interés colectivo, pero a
pesar de todo, se llegaba a ello con relativa rapidez, con mucha
más rapidez que si se hubiera cifrado esperanzas
únicamente en la educación individual"
-reiteró Makarenko.

"Nosotros exhortábamos con insistencia a los
colonos a estudiar, a adquirir conocimientos, y les
hablábamos del Rabfak (Facultad Obrera) como el mejor
camino humano. Pero a los ojos de los colonos, el ingreso a
Rabfak estaba relacionado con un examen tremendamente
difícil, del que según palabras de testigos, no
salían triunfantes más que personas geniales de
verdad. Nos costó bastante convencer a los colonos de que
también en nuestra escuela era posible capacitarse para
esa terrible prueba" -escribió Makarenko. El educando
asiste a centros de enseñanza con una esperanza de ser
algo en la vida. Estudiar, adquirir conocimientos, es el mejor
camino humano para superar la condición social. Esto crea
precisamente nuevas esperanzas de vida.

Si una institución educativa brinda al estudiante
una esperanza mejor, pues esa institución deja de ser un
centro de represión para el educando, y deposita el
estudiante todas sus esperanzas para realizarse como persona. En
la Colonia Gorki las Facultades Obreras fueron el camino
óptimo para la realización humana. "En aquel tiempo
la palabra Rabfak significaba algo completamente distinto de lo
que ahora significa. Hoy día es el simple nombre de una
modesta institución de enseñanza. Entonces
suponía, para los jóvenes trabajadores, la bandera
de la liberación, su liberación del atraso y de la
ignorancia. Entonces era una afirmación poderosa y
ardiente de los inusitados derechos del hombre al conocimiento, y
todos nosotros, palabra de honor, sentíamos en aquella
época incluso cierta emoción ante el Rabfak"
-agregó Makarenko.

En los dormitorios antes de dormir leían las
obras de Gorki, de tal manera los colonos descubrieron en ellas
la expresión humana de la vida. Las lecturas despertaron
-en los educandos- una honda convicción de seguir la vida
pero con honor. "Las obras de Gorki Infancia y Por el Mundo
impresionaron profundamente a todos. Los muchachos escucharon la
lectura, conteniendo el aliento y pidiendo que
continuásemos aunque fuera "hasta las doce". Al principio
no me habían creído -reiteró Makarenko-
cuando yo les conté la historia de la vida real de Gorki.
Tal historia les había dejado estupefactos y me
preguntaban llenos de interés".

Los colonos interesados en conocer a Gorki, entablaron
la correspondencia con este autor. Gorki les enviaba cartas y de
la misma manera los colonos respondían contando la vida de
la Colonia y todos lo felices y contentos que vivían. "Los
muchachos sabían encontrar en cada línea escrita
por Gorki todo un sistema de filosofía, tanto más
importante porque aquellas líneas no podían ser
puestas en duda. Los libros eran otra cosa. Con los libros se
podía discutir, se les podía negar en caso de que
hicieran afirmaciones erróneas. Pero ahora no se trataba
de un libro, sino de una carta viva del propio Máximo
Gorki". Esto les llenó de esperanza a los colonos, y
posteriormente lograron conocer en persona, cuando Gorki
visitó esta Colonia.

3. 6. LA PEDAGOGÍA DEL TRABAJO
COLECTIVO.

El trabajo es la acción diaria del hombre. El
trabajo no es un castigo o una imposición, más bien
es una acción digna del hombre que ayuda a desarrollar sus
potencialidades físicas y mentales. Al mismo tiempo, crea
un carácter de sociabilidad en los sujetos laboriosos. La
pedagogía de Makarenko se caracterizó por ser una
Colonia laboriosa, sus educandos amaban el trabajo manual e
intelectual, es cierto, no hubo discriminación a los tipos
de trabajo, hasta limpiar el baño fue un honor, que
enaltecía el valor del trabajo.

El comienzo de la actividad pedagógica de
Makarenko en la Colonia Gorki, fue con la idea de una vida
laboriosa: "Los recibimos afablemente -dijo Makarenko. Desde la
mañana se estaba condimentando una comida especialmente
sabrosa. Yo pronuncié un discurso acerca de la nueva vida
de trabajo, acerca de la necesidad de olvidar el pasado y marchar
adelante y adelante. Los educandos oían mi discurso con
poca atención, susurraban algo entre sí, mirando
con sonrisas sarcásticas y despreciativas los catres
plegables (…) En pleno discurso Zadórov dijo en voz alta
a uno de sus camaradas: ¡Por tu culpa nos hemos metido en
este lío!". El postulado de Makarenko para emprender una
tarea difícil es, una nueva vida de trabajo y al mismo
tiempo olvidar las vicisitudes de la vida pasada, de esta manera,
marchar hacia delante con una esperanza puesta en el futuro
mejor, confiando en sus propias fuerzas humanas inherentes en
cada uno de ellos.

A continuación Makarenko mostró a sus
educandos la necesidad de emprender una nueva vida, porque la
situación política social había cambiado,
era el momento de trabajar sin explotación porque los
señores del pasado habían perecido. "Brevemente
expuse -dijo Makarenko- nuestras tareas: limpieza, trabajo,
estudio, nueva vida, nueva felicidad humana. Les hablé de
que vivían en un país feliz, donde no había
ni señores ni capitalistas, donde el hombre podía
crecer y desarrollarse libremente en un trabajo placentero". Es
una muestra de la capacidad de un educador, seguro de lo que dice
y de lo que hace con sus educandos; una limpieza que significa
liberarse de las cadenas que atan la libertad del hombre
física y espiritualmente; el trabajo, que quiere decir,
emprender una lucha para lograr el bienestar de la vida; el
estudio, que significa poner en acción las facultades
gnoseológicas y biológicas para elaborar
conocimientos útiles a la sociedad. De esta manera, la
nueva vida es la superación del hombre, porque ha podido
desarrollar sus potencialidades hasta alcanzar la libertad
humana. Así surge una nueva vida con contenido de una
felicidad humana, que consiste en la convivencia social del
hombre en un mundo de individuos con sus particularidades pero
con la conciencia más alta. Por lo tanto, el hombre
reconquista su patria, se hace dueño de su mundo y de su
vida sin depender de nadie ni discriminando a los demás.
Esta forma de proyectarse en la vida real, abrió un
resquicio de esperanza en los educandos de Makarenko.

Después de trabajar pedagógicamente para
establecer la disciplina en la Colonia, Makarenko logra construir
una colectividad laboriosa, una colectividad que trabaja mirando
el futuro y llena de esperanzas, prestando servicios a los
aldeanos; una colectividad digna de una esperanza humana, metida
en los trabajos, no sólo de carácter
económico sino de corte social. He aquí algunos
ejemplos:"En la fragua herrábamos los caballos de lugar,
colocábamos llanta de hierro en las ruedas,
reparábamos los arados. A los campesinos pobres les
cobrábamos únicamente la mitad de la tarifa, y
aquí nacieron interminables discusiones acerca de la
justicia y la injusticia social". El trabajo es útil
cuando da servicio satisfactorio a los demás;
además, el trabajo forja la conciencia humana, porque en
él se aprende a medir las consecuencias positivas y
negativas; además, se despiertan en los integrantes el
sentimiento de justicia y de solidaridad.Continuamos describiendo
algunos ejemplos: "En la fragua se aprovechó toda clase de
chatarra vieja para la fabricación de barras de hierro, y
el trabajo hervía. Como los colonos trabajaban la otra
mitad ante la mesa de estudio, en el transcurso de la jornada
había dos expediciones de muchachos a la segunda colonia:
el primero y el segundo turno". No sólo el trabajo
intelectual es suficiente, sino éste va juntamente con el
trabajo físico, sólo así el trabajo se
convierte en una producción completa. Completa porque los
productos de este trabajo humano es producto de una voluntad
libre. Sólo este tipo de la fuerza de trabajo es
reconocido como el trabajo provechoso y útil a la sociedad
y a sí mismo. Cuando la fuerza de trabajo se desprende al
trabajador por la fuerza, no es un trabajo humano, sino
sólo aquélla que se desprende por la voluntad libre
del trabajador es digna. Por cierto, la voluntad libre hace que
el trabajo sea un placer y un realizarse para el sujeto que lo
ejecuta, por esta razón, el trabajo "hervía" en la
Colonia como dijo Makarenko.

Es más, un trabajo consciente es aquel trabajo
libre de toda coerción social, este tipo de trabajo es
lleno de energía que vibra con la magnitud de una voluntad
sana y natural, ésta es la garantía de que el
esfuerzo humano es humanitario y a la vez una realización
del sujeto, que al invertir su fuerza de trabajo está al
mismo tiempo realizándose como un ser social y a la vez
como un ser individual. En otras palabras, el hombre se hace
patente como un ser libre y a la vez es quien "es" en el
trabajo.

El trabajo en la Colonia se dividía en dos
partes: las clases en las aulas y el trabajo físico en el
campo. Los colonos sentían la misma satisfacción
ante el trabajo intelectual y ante el trabajo físico. El
trabajo de agricultura en el campo llenaba de gran
satisfacción a los colonos, como a continuación
escribió el autor: "Recoger el trigo es la fiesta de las
fiestas(…) María Kondrátievna tiene ganas de
llorar por diferentes motivos: el cansancio, el amor a los
colonos, el hecho de haber restablecido en su vida la justa ley
humana, de haber probado también ella los encantos de una
colectividad y laboriosa. Un trabajo así, de todas formas
es una felicidad".

El trabajo físico en la Colonia no cesaba,
así como el estudio; la actividad laboriosa en la Colonia
era una satisfacción humana, donde los educandos
sentían una felicidad plena al dar su fuerza de trabajo en
beneficio de la colectividad, al mismo tiempo en beneficio de los
aldeanos. La Colonia se convirtió en poco tiempo en una
colectividad trabajadora. Al producir productos también
estaban experimentando la realización de sus vidas en una
situación concreta del acontecer de la historia humana.
Fueron ellos los constructores o protagonistas de la nueva forma
de vivir y al mismo tiempo construir su propio designio de
acuerdo a sus voluntades, es por esta razón, el trabajo es
una felicidad, en el cual veían los educandos paso a paso
la construcción de sus vidas en nuevos caminos hacia la
realización de sus vidas en plenitud.

Continúa describiendo el autor: "En otoño,
a pesar de todo, sembramos centeno en la segunda Colonia, todos
hicimos de agrónomos, Kalina Ivánovich
entendía poco de agricultura y los restantes
entendían menos aún, pero todos tenían
deseos de trabajar tras el arado y la sembradora, a
excepción de Brátcherenko, que sufría y se
enrabiaba, maldiciendo la tierra, y el centeno, y nuestro
entusiasmo". El trabajo en la agricultura, en la fragua y en
otras actividades, realizaban los colonos con amor y entusiasmo,
incluso llegaron a criar lechones con una habilidad propia de los
veterinarios.Otro trabajo en la Colonia era la crianza de
lechones, en esta actividad todos trabajaban por turno y,
además, lograban entablar relaciones sociales con los
aldeanos gracias a esta crianza, como se describe a
continuación: "La distribución de los lechones nos
dio fama por todo el distrito y nos proporcionó muchos
buenos amigos entre el campesino. Shere llegaba a reunir varios
centenares de lechones, sobre todo en primavera (…) La
porqueriza nos proporcionaba ingresos, el hecho de que
pudiéramos llegar tan rápidamente a construir una
hacienda rentable era algo que ni siquiera nos había
pasado por la cabeza.".

El trabajo es un medio para lograr la intersubjetividad
humana, con esto los hombres llegan a conformar grandes
construcciones sociales que, al entender de un sociólogo,
gracias al trabajo colectivo las sociedades se hacen más
sólidas, es decir, gracias al trabajo los hombres logran
intercambiar sus potencialidades y con esto el ser humano se
manifiesta como un ser productor que produce la
satisfacción al "otro". De este modo, el hombre llega a
ser alguien en medio de la sociedad, se reconoce y es reconocido,
por tanto, el sujeto siente la plena realización de su
"ser". En la Colonia la actividad molinera amplió las
relaciones políticas: "El molino tenía
también importancia en otro sentido: nos ponía en
nuevas relaciones con todo los campesinos de los alrededores, y
gracias a ellas podíamos desarrollar una política
de gran responsabilidad" -escribió Makarenko.Por otro
lado, también el teatro fue una obra emprendida por los
colonos, ha sido un medio por el cual los colonos manifestaban
sus pensamientos; a través del teatro expresaron sus
convicciones políticas. Claro está, el teatro tuvo
una influencia poderosa para concientizar a la población;
a través de esta actividad los colonos expresaron de
manera pública su fin político. "En la segunda
colonia conquistamos un verdadero teatro. -afirmó
Makarenko- Es difícil describir el entusiasmo que se
apoderó de nosotros cuando obtuvimos el derecho a utilizar
el cobertizo del molino. Nuestro teatro tenía cabida para
seiscientos espectadores. Esto quiere decir que podíamos
atender a varias aldeas. La significación del
círculo de aficionados al teatro fue en aumento, y del
mismo modo aumentaba lo que se exigía de
él".

Por supuesto, el teatro tuvo influencia
pedagógica. Al practicar el teatro, los educandos estaban
forjando una nueva conciencia, y, además, supieron buscar
invenciones ingeniosas para la elaboración de un teatro,
con esto, desarrollaron el talento y la vocación de hacer
una obra teatral, no sólo la obra teatral, sino
también supieron manejar las imaginaciones con mucho
cuidado como para presentar al público. Evidentemente,
esta tarea desarrolla la capacidad talentosa e imprime en los
educandos el valor de enfrentarse a las carencias de medios y
sobre todo buscar medios alternativos para realizar cualquier
tarea por más difícil que sea en la vida y a la vez
saber asumir con responsabilidad. Makarenko atribuía mayor
importancia al teatro. Porque en él veía el autor
el desarrollo hacia una nueva forma de pensar y sentir la vida de
los colonos, como el mismo autor afirmó de esta manera:
"Yo atribuía gran importancia al teatro, ya que, gracias a
él, mejoraba mucho el lenguaje de los colonos y, en
general, se ampliaba sensiblemente nuestro horizonte".Una
colectividad entusiasta, con movimiento enérgico, no puede
restringirse sólo a cumplir con sus tareas
pedagógicas, sino comprende que tiene una
obligación social: el de aportar a su país con
trabajos positivos como es la formación social del pueblo.
"Comprendimos de pronto -reiteró el autor- que el teatro
no era una diversión o un juego nuestro, sino nuestra
obligación, inevitable impuesto social, cuyo pago no
podíamos eludir".

La obra Poema Pedagógico, en sus páginas
relata minuciosamente la vida pedagógica de la Colonia
Gorki; nuestra cómo los infractores de la ley y vagabundos
en otro momento eran considerados como algo incorregibles
pedagógicamente y, estos muchachos al llegar a las manos
de Makarenko fueron transformados de manera impresionante en
chicos talentosos, sumamente ingeniosos, sabios que supieron
actuar con una inteligencia tan sabia al sólo encontrar un
cariño humano, una vida humana y al mismo tiempo una
confianza también humana. Esta forma de vida inspira al
hombre a ser tal como es por su naturaleza y de esta manera
exterioriza su humanidad y muestra su talento, su
sabiduría sin restricciones y trabaja con una voluntad
sana en beneficio de la sociedad. Veamos cómo trabajaba el
educando Lápot en la Colonia: "Estado satisfactorio:
pulso, 370, temperatura, 15. Lápot sabe no sonreír
en estos casos, y todo el tratamiento se mantiene en un tono
rigurosamente científico… Lápot se acerca a los
campesinos y les pregunta serio y cortés:

¿Quién es el siguiente? ¿A
quién le toca el turno para pasar al gabinete de
hidroterápico?.

Curará, le digo a Ud. Curará. Venga a
vernos más a menudo. No cobramos nada por el tratamiento".
Por cierto, en la Colonia tenían educandos profesionales
empíricos, gracias a estos muchachos talentosos, tuvieron
la valentía de ser ellos mismos los maestros de la
vida.

FINES QUE ALCANZA MAKARENKO EN LA COLONIA
GORKI.

4.1. HOMBRE DISCIPLINADO, FELIZ, CON
BELLEZA Y CULTURA, CON ESPERANZA Y ENTUSIASTA.

Una vez descrita la metodología aplicada en la
Colonia Gorki, es necesario conocer los resultados de esa
práctica pedagógica, en palabras de S. Telingater,
"Makarenko forjó en su colonia a magníficos
jóvenes, inteligentes, de alta moral y demandas y gustos
estéticos elevados. Entregado a esa obra, creó su
sistema pedagógico innovador, que le pone a la altura de
los mejores pedagogos del mundo(…)Los personajes del Poema
Pedagógico siguen viviendo fuera de sus páginas y
son pedagogos, médicos, diseñadores de aviones,
ingenieros, pilotos(…)A quienes lean el Poema pedagógico
les agradará seguramente saber que el "incorregible"
Burún es hoy teniente coronel del Ejército
Soviético y que combatió como un héroe
contra los fascistas en la Guerra Patria; que el colono
Zadórov es ingeniero hidrólogo; que Vérshnev
es médico e Iván Tkachuk, actor. Semión
Karabánov, uno de los personajes más importantes
del Poema Pedagógico, siguió el camino de su
maestro, se hizo pedagogo y dirige hoy una gran
institución en las cercanías de
Moscú".

Los resultados alcanzados por la práctica
pedagógica de Makarenko, fueron maravillosos. Sí
bien, Makarenko formó hombres útiles a la sociedad,
esto no quiere decir hombres dóciles y obedientes ciegos,
sino más bien, hombres que saben lo que hacen y lo que
buscan; en otras palabras, hombres conscientes,

felices, entusiastas, laboriosos y esperanzados.
Makarenko escribió de esta manera: "De un modo inesperado
para nosotros, la colonia comenzó a enriquecerse
visiblemente y a cobrar el aspecto de una hacienda sólida,
culta y ordenada".

Hombres nuevos, en una Colonia nueva y una vida nueva,
es la vida sana en movimiento hacia un futuro cada vez mejor. En
la Colonia se logró formar hombres de alta responsabilidad
y de cultura. "La nueva actitud de los colonos en la escuela
cambió la fisonomía de la colonia. La colonia se
hizo más culta y más próxima a una sociedad
escolar normal. Ningún colono ponía ya en duda la
importancia y la necesidad del estudio. Este nuevo estado de
ánimo se incrementaba porque todos pensábamos en
Máximo Gorki" -escribió Makarenko. Para los hombres
trabajadores y estudiosos, la vida se hace cada vez más
bella e interesante. Con el trabajo y con el estudio es posible
todo en la vida.

Todos los colonos vivían felices, estudiaban,
trabajaban, amaban la vida, eran hombres que sabían
valorar la vida humana. "En su mayoría -en palabras del
autor-, los colonos amaban el estudio y se consagraban a
él con seriedad, persuadidos de que tan sólo la
escuela les abriría de verdad el camino de la vida". Los
educandos de la Colonia, puesta la fe en el estudio, vieron el
futuro de sus vidas renacer llena de esperanza y
valor.

Una colectividad laboriosa y sana, es una colectividad
en movimiento hacia lo alto. Este movimiento es la fuerza de la
ley del desarrollo social que cada vez se acerca hacia una vida
mejor. "Me alegré como un niño: -afirmó
Makarenko- ¡Qué encanto, Qué
magnífica, qué absorbente es la dialéctica!
Una libre colectividad obrera no es capaz de estancarse. La ley
universal del desarrollo general comenzaba únicamente
ahora a poner de manifiesto su verdadera fuerza. La forma de
existencia de una colectividad humana libre es el movimiento
adelante; la forma de su muerte es el estancamiento".

En la Colonia quedaron sólo hombres libres,
puros, hombres de una nueva experiencia, quedaron atrás y
olvidadas todas las incoherencias de la vida pasada: "Quedan tan
sólo hombres puros, hombres de una nueva experiencia y de
una nueva posición humana sobre las llanuras de la tierra"
– reiteró el autor.

HOMBRE SOLIDARIO, ENTREGADO A UNA CAUSA Y
ÚTIL A

LA SOCIEDAD.

En la colonia Gorki se formaron hombres "humanistas",
fuertes, hombres de valores elevados, hombres solidarios y de
principios sociales, en palabras del autor: "Gracias en gran
parte a Ekaterina Grigóeiwvna (es una de las educadoras de
la Colonia Gorki), los muchachos mayores de nuestra colonia
quisieron siempre a los pequeños, les trataron siempre
como hermanos mayores: con cariño, con rigor y con
solicitud".

Hombres libres, con voluntades libres, es una
colectividad que se mueve en armonía, con pasión y
alegría. En la Colonia se formó hombres libres y
con voluntades libres, de esta manera en palabras del autor: "En
aquellos días era difícil ver a algún colono
que anduviera tranquilamente. Todos habían adquirido la
costumbre de correr de un lado para otro, de saltar como
golondrinas, con el mismo diligente gorjeo, con la misma
disciplina clara y feliz y la misma belleza de movimiento. Hubo
un instante en que yo incluso pequé y me dije: para la
gente dichosa no es necesario ningún poder; lo
sustituirá este instinto tan alegre, tan nuevo, tan
humano, cuando cada hombre sepa exactamente qué debe
hacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo". Cuando se
forma al hombre de verdad, los castigos, las leyes, las normas no
son necesarias. El hombre formado con valores elevados sabe
actuar sin necesidad de reglas ni castigos.

Estos hombres formados son útiles a la sociedad,
porque trabajan en beneficio de la comunidad entera, luchan para
que sobresalga su patria, entregan todas sus fuerzas en beneficio
de la comunidad. Estos valores humanos se forjaron en los
educandos de Makarenko, el propio autor reiteró con estas
palabras: "… La comuna se transformó en una colectividad
de cegador encanto, de verdadera riqueza de trabajo, de alta
cultura socialista, sin dejar casi nada del ridículo
problema de la corrección del hombre". Es de utilidad
social el trabajo pedagógico cuando se hace con
dedicación y entrega; los resultados son maravillosos, en
un tiempo estos muchachos fueron delincuentes, vagabundos que no
conocían el trabajo, mucho menos el pensar en una vida
feliz; pero, estos niños llegaron a ser grandes hombres
que sirvieron a su patria. Es difícil aceptar para muchos
educadores, cómo un ex delincuente puede llegar a ser un
teniente coronen: el caso de Burún.

Estos muchachos por cierto, no se limitaron al simple
trabajo intelectual, sino pasaron a aplicar sus frutos
intelectuales a la realidad, ellos mismos aplicaron con sus
propios brazos; "Del mismo modo, el trabajo del pensamiento,
entre ellos, no transcurría en las celdillas cerebrales,
sino en algún otro lugar: en los músculos de sus
brazos de hierro, en la caja blindada del pecho, en las caderas
de un aguante monumental" -escribió Makarenko.

Estos son los resultados concretos de la
pedagogía de la Colonia Gorki que escribió el
propio autor de esta manera: "Mis gorkianos han crecido
también. Se han dispersado por todo el mundo
soviético, y para mí es difícil ahora
congregarles hasta en la imaginación. Cuesta trabajo
encontrar al ingeniero Zadórov, metido en una de las
grandiosas construcciones del Turkmenistán; no es
fácil concertar una entrevista con el médico del
Ejército Especial del Extremo Oriente Véshnev o con
el médico de Yaroslavl Burún. Hasta Nísinov
y Zoreñ, con todo lo pequeño que eran, volaron de
mi lado agitando las alas, sólo que ahora sus alas no son
las de antes, no son las suaves alas de mi simpatía
pedagógica, sino las alas aceradas de los aviones
soviéticos. Tampoco se equivocaba Shelaputin al afirmar
que sería aviador; también sigue la senda de los
aviadores Shurka Zheveli, sin querer imitar a su hermano mayor,
que ha elegido para sí el sino de piloto navegante por el
Artico".

Los educandos de Makarenko no sólo fueron simples
estudiantes o simples niños corregidos, sino de
éstos salieron hombres verdaderamente útiles a la
sociedad. Salieron hombres de carácter forjados, hombres
verdaderamente formados, hombres profesionales que sirvieron a su
país sin rendirse ante las circunstancias negativas. Con
el espíritu de valor humano, con las mismas fuerzas de un
héroe y a la vez conscientes de sus actos, trabajaron
junto al pueblo y para el pueblo.

REFLEXIÓN

La experiencia pedagógica de Makarenko ocurrida
hace más de 80 años atrás en el viejo
continente, parece sólo tener un valor histórico. Y
se puede pensar en un discurso teórico con poca esperanza
de ser aplicado en nuestro país; pero no es así,
mostramos en este capítulo del módulo que los
valores pedagógicos de Makarenko son efectivos. Makarenko
nos invita a repensar y a reflexionar sobre la educación
de manera profunda, a partir de la experiencia con infractores de
la ley que fueron convertidos en hombres útiles a la
sociedad, en hombres de vocación, de servicio a su propio
país, hombres profesionales altamente cualificados y
calificados. Pero sobre todo al saber que los métodos
aplicados por Makarenko son efectivos, hemos demostrado que los
métodos pedagógicos del autor son eminentemente
antropológicos, es decir, responden a la "naturaleza
humana". Por esta razón los resultados fueron
óptimos.

En nuestro país tenemos muchos educadores, esto
podemos ver cuando se alistan para cobrar sus sueldos en los
primeros 15 días de cada mes, miles de educadores en una
gran fila en cada distrito. Miles de educadores, se supone que
están preparados para la tarea de la formación del
hombre boliviano. Desde la "Revolución de 52", la
educación va creciendo -más escuelas- de manera
permanente en las áreas rurales y en las urbanas; hoy
llevamos más de medio centenar de años en la
educación entendida como la formación del hombre.
Hemos pasado de un milenio a otro, con una buena cantidad de
educadores y también con una buena cantidad de educandos;
aunque en algunos casos con la carencia de la infraestructura,
pero presente el fenómeno pedagógico. Esta
descripción nos muestra que la educación en Bolivia
está presente y si es así, se puede pensar que los
bolivianos han recibido una "formación adecuada", entonces
los bolivianos con una formación adecuada, sus condiciones
de vida están regularmente buenas. Entendida la
educación como el motor del desarrollo de cada
cultura.

Cuando observamos la realidad, la cosa es distinta, es
algo paradójico cuando teniendo miles de educadores los
problemas sociales no han sido superados aún. Bolivia es
uno de los países más pobres de América
Latina. Entonces ¿cuál ha sido el papel de los
educadores con respecto al desarrollo social en nuestro
país? ; ¿en qué medida han cumplido nuestros
educadores con la tarea de la formación del hombre?.
Nuestros educadores simplemente se restringieron -en su
mayoría- a fungir el triste oficio de hacer repetir en las
aulas los conceptos, cifras, fórmulas a sus educandos, y
como informe final de cada gestión pedagógica
simplemente se limitaron a mostrar la cuantificación de
las notas a través de unos exámenes consistentes en
la anámnesis del educando de todo lo repetido por el
profesor en el aula sin una crítica reflexiva.

El educador boliviano -en muchos casos-, como fin de su
profesión, entiende como el "medio" de sobrevivencia
personal y de su familia, no como formación del hombre; es
por eso, nuestras escuelas y colegios de enseñanza
secundaria, son guarderías de la niñez y de la
juventud, donde simplemente están guardados los educandos.
En otras palabras, no se desarrolla la inteligencia del educando,
no se enseña a pensar, está llana y simplemente
atrofiada la cabeza de los estudiantes de datos, fechas, cifras,
fórmulas y la inteligencia guardada.

Nos responderán algunos educadores: no hay buenas
condiciones económicas y materiales para una
educación adecuada; esta respuesta no es otra cosa que una
justificación a la incapacidad de los propios educadores.
Makarenko emprendió su labor pedagógica en peores
condiciones. "El comienzo de su labor en la colonia fue
increíblemente difícil. Cinco edificios cuadrados
de ladrillo, en los que hasta la revolución se
había alojado una colonia para delincuentes menores,
recibieron a Antón Makarenko con vacío repulsivo.
En las habitaciones no había absolutamente nada. Ventanas,
puertas y estufas, todo habían arrancado hasta el
último arbolito".

Las justificaciones de las nodrizas (educadores) de la
juventud y de la niñez, tendrán causas pero no
razones; para ellos estaría mejor unos edificios con las
aulas bien pintadas, los bancos bien alineados, pizarras lujosas,
etc. como la calidad de la educación – para ellos- fuera
medible por la abundancia de los materiales pedagógicos.
Hay educadores que no quieren trabajar en el campo, que no se
interesan de los problemas económicos, sociales y
familiares de sus educandos; tienen una mentalidad de que la
educación es una fuente de trabajo de la cual se vive con
el sueldo de cada mes; cuando se le exige que den un poco
más de su capacidad y de tiempo a su labor
pedagógica, responden: lo haré siempre y cuando me
aumenten el sueldo. Makarenko es un buen ejemplo en el campo de
la educación, es un educador de vocación, entregado
a una causa, no huye de las dificultades pedagógicas, ni
se restringe a ese triste papel de impartir clases y luego hacer
una cuantificación numeral con los exámenes; sino
su tarea es de un verdadero formador de hombres de calidad;
reiteramos algunos de sus trabajos pedagógicos:

"Una semana más tarde, en febrero de 1921, traje
en un carromato a quince muchachos auténticamente
abandonados y harapientos. Nos vimos obligados a trabajar mucho
para lavarles, vestirles de algún modo, curarles las
sarnas".

El trabajo pedagógico es una tarea muy seria que
requiere una formación adecuada, porque los educadores
deben estar antes que nada educados ellos mismos, de esta manera,
la labor pedagógica tendrá buenos resultados;
porque no podemos darnos el lujo de improvisar las actividades
educativas sin tener un fin concreto ni una meta que cumplir. Un
trabajo sin una meta es simplemente pérdida de tiempo. La
educación es un compromiso, un compromiso con la sociedad
misma, es decir, se asume una responsabilidad ante este
género tan interesante y complejo como es el hombre. El
ejercicio de la educación es un placer para quien lo
ejerza, siendo así no es el fin el salario de cada mes, la
recompensa está en formar hombres para la sociedad sana.
Makarenko y sus pupilos estaban en las mismas condiciones
precarias y limitadas sin que esto fuera motivo de
queja.

"Igual de pobres y de hambrientos éramos
también nosotros, los educadores. Entonces casi no
percibíamos salario, nos contentábamos con el mismo
kondior y andábamos tan andrajosos".

Toda educación tiene una finalidad, una finalidad
concreta, en la nuestra es formar hombres bolivianos como dice
textualmente en la Ley 1565: "Formar integralmente al hombre y
mujer bolivianos, estimulando el armonioso desarrollo de todas
sus potencialidades, en función de los intereses de la
colectividad. Promover la práctica de los valores humanos
y de las normas éticas universalmente reconocidas,
así como las propias de nuestras culturas, fomentando la
responsabilidad en la toma de decisiones personales, el
desarrollo del pensamiento crítico, el respeto a los
derechos humanos, la preparación para una sexualidad
biológica y éticamente sana, como base de una vida
familiar responsable, la conciencia del deber y la
disposición para la vida democrática, y
fortaleciendo la conciencia social de ser persona y pertenecer a
la colectividad". Muchos han olvidado este fin de la
educación.

La educación es un "medio" para lograr la
formación integral del hombre, que consiste en incubar los
valores humanos en los sujetos, la autonomía del sujeto
(toma de decisiones), el pensamiento crítico, el respeto a
los Derechos Humanos, la conciencia del deber, y a la vez, a que
sea parte activa de una colectividad viva sin perder su identidad
y su libertad.

Reflexionemos de esta manera con Makarenko sobre la
labor pedagógica: "Para mí, la pedagogía es
una obra social. Cuando educo a un hombre, debo saber
precisamente lo que saldrá de mis manos". El educador ante
todo es responsable de la formación de los hombres, la
calidad de una sociedad depende de la calidad de su
educación, esta calidad sólo se puede lograr con la
toma de conciencia de nuestros educadores. Seleccionando a los
hombres de vocación para el ejercicio de la
pedagogía nacional. Hombres entregados a una causa y sobre
todo el trabajo educativo sea un placer humano para quien lo
ejerza.

Cuántos educandos quedaron frustrados
después de las clases, porque el profesor simplemente
inspiró desconfianza, impartió sus clases sin un
contenido de esperanza y, al mismo tiempo una disciplina
rígida llena de reglas, normas y sanciones para el
estudiante que intenta razonar, tildándole de
díscolo, rebelde, respondón, etc. Y aún
más, las actividades pedagógicas en nuestro
país están completamente separadas del trabajo
físico, más bien se desestima este tipo de trabajo
y entienden nuestros educadores el trabajo físico como el
castigo que cumple el desafortunado. Además, el estudiante
no participa de la confección de los planes y programas,
ni por casualidad se les consultan a los estudiantes lo que
quisieran aprender. En otras palabras, la educación
boliviana está completamente separada de la realidad
nacional, jamás se habla de los problemas sociales, el
tema de la clase es ajeno a la situación del educando.
Nuestra educación generó y seguirá generando
descontento y rebeldía en la juventud, porque las clases
en las aulas se imparten sin ninguna esperanza para el educando.
Por esta misma razón, se debe hacer una selección
de personas de vocación para la "formación del
hombre boliviano".

La "formación del hombre boliviano", consiste en
desenajenar, desprejuiciar, porque "… Bolivia es un pueblo de
clérigos, militares y abogados; se cree que la dignidad
humana se degrada fuera de esas tres profesiones; nadie quiere
ser agricultor ni artista; se deja eso para la clase media o
ínfima del pueblo. De ahí proviene la miseria de
nuestros hombres, la necesidad de buscar la vida en los empleos,
empleos que lo conducen a los trastornos políticos o al
servilismo ante el poder; lo uno engendra la anarquía, lo
otro el despotismo". Este discurso fue pronunciado en la
cámara de diputados en el año 1872 por Evaristo
Valle, pero hasta ahora la situación social boliviana ha
empeorado.

En palabras de Mariano Baptista, ""La educación
boliviana actual pretende enclaustrar a la juventud dentro de
moldes inapropiados. En lugar de alentarla a crear, realizar y
formar una patria, la frustra y margina obligándola a
buscar en otras fuentes lo que no puede encontrar en su
país. Al mismo tiempo le quita toda posibilidad de
integrarse a su propia realidad sofocando el anhelo de
liberación que existe en todos los pueblos"".

Por esta razón, Franz Tamayo desde el punto de
vista pedagógico planteaba lo siguiente: "Necesitamos
pues, crear la pedagogía nacional, es decir, una
pedagogía nuestra, medida a nuestras fuerzas, de acuerdo
con nuestras costumbres, conforme nuestras naturales tendencias y
gustos y en armonía con nuestras condiciones
físicas y morales…". Es decir, una educación en
lugar de enajenar refuerce la identidad cultural, realce nuestros
valores culturales y reafirme nuestras capacidades intelectuales
y materiales.

Hay que reconocer que nuestros educadores -en su
mayoría- no están preparados para una tarea tan
complicada y difícil, como para la educación del
hombre. Una tarea de esta índole necesita hombres
verdaderamente profesionales y preparados no sólo
académicamente, sino también deben estar educados y
entregados a una causa digna como es la formación del
hombre.

El educador trabaja con el hombre y para el hombre, es
decir, con seres humanos -el hombre es el ente más
complicado- y, además, el trabajo pedagógico
está destinado para construir una sociedad y no para
destruirla; de ahí, para trabajar con él, su primer
deber es conocer al hombre; sólo así, el trabajo
pedagógico tendrá "buenos resultados"; caso
contrario los educadores y los cientistas de la educación
seguirán cometiendo el atentado contra la humanidad, al
improvisar los métodos y los contenidos de la
educación respondiendo a fines no definidos. Para no
cometer estos errores, el educador deberá conocer -antes
que nada- los valores humanos que subyacen en la naturaleza del
hombre.

Por cierto, Makarenko en nuestro país fue
olvidado, no tomado en cuenta en el campo pedagógico,
sólo se reconoce como un valor histórico y se
piensa equivocadamente: lo pasado ha sido superado. Esta actitud
es evidente, porque los educadores -en su mayoría- piensan
que la historia es ascendente -que va de lo inferior a lo
superior-, de esta manera, ser el mejor pedagogo consiste en
repetir o aplicar las últimas teorías -en muchos
casos, sin saber el fundamento último de éstas-,
por lo cual -para ellos-, las teorías del pasado no son
aplicables, caso contrario sería retroceder. En las
instituciones donde se forman a los educadores, no toman en
cuenta a Makarenko, más están con Piaget, y otros
de la corriente constructivista. No condenamos esto, lo que
censuramos es que nuestras instituciones pedagógicas se
prestan al modismo: aplicar la teoría que está de
moda, con esto -los educadores- han olvidado el fin último
de la educación: la formación del hombre; por lo
tanto, el fin está -según ellos- en aplicar la
teoría de punta o la teoría de moda -esto es lo que
recusamos. La moda en el campo pedagógico es perjudicial,
por causa de ésta se desechan teorías valiosas. La
teoría pedagógica de Makarenko es el resultado de
una experiencia concreta, como ya dijimos, se asienta en la
naturaleza humana; menospreciar aquélla es como decir, las
teorías del pasado no son aplicables por más
valiosas que sean, por una simple razón: la naturaleza
humana es la construcción de la historia -en este trabajo
se ha demostrado lo contrario.

IV. RESUMEN

Los valores pedagógicos subyacentes en la obra
Poema Pedagógico, son aquellos valores mencionados
más arriba. En el proceso de la educación estos
valores pedagógicos no se dan de manera separada, sino
simultáneamente. En la Colonia Gorki, estos valores
pedagógicos se daban en una relación
dialéctica entrelazados entre sí, así
formando una cadena de retribución simultánea en un
acto pedagógico. Porque la actividad laboral, es decir, el
trabajo, no está separado de la disciplina; ésta se
patentiza en la organización estética de la
colectividad; además, esta organización social
tiene base en el cogobierno que consiste en la conducción
de una comunidad pedagógica de parte de los educandos y
educadores; toda esta organización viva de una
colectividad pedagógica se estructura sobre la
categoría fundamental: la confianza, que se manifiesta en
la intersubjetividad armónica de los educandos y los
educadores y, toda esta vida armónica se moviliza hacia
una meta superior alimentada por la esperanza. Pues, gracias a la
aplicación de estos valores pedagógicos, no fueron
incorregibles los infractores de la ley y los vagabundos llevados
a la Colonia Gorki. Por cierto, Makarenko fue el conocedor de los
valores humanos y supo aplicar estos mismos en el campo de la
educación.

V. AUTOEVALUACIÓN

Contraste la experiencia pedagógica
vivida en Ucrania por Makarenko, con la experiencia de Elizardo
Perez en Warisata y señale los fines educativos de ambas
experiencias y ¿a qué ideal político
responden ambas?

CAPÍTULO III

Filosofía de
la "educación natural" de Rousseau

I. OBJETIVOS

  • Describir los postulados
    filosóficos planteados por Rousseau con respecto al
    hombre

  • Explicitar el fin político
    planteado por el autor

  • Señalar el fin educativo
    subyacente en el discurso de Rousseau

  • Resaltar el método educativo
    planteado por el autor.

II. INTRODUCCIÓN

Rousseau es uno de los pensadores teóricos de la
educación. Quizá creen algunos como una
teoría caduca, pues se debe entender al autor desde la
perspectiva de sus fundamentos filosóficos, quizá
hasta el momento encontramos que la pedagogía
contemporánea ni siquiera explicitó los fines de la
educación conforme a la naturaleza humana que
planteó dicho autor.

El autor observa cómo la sociedad de su
época va en decadencia a causa de sus ciencias que tanto
enorgulleció a los hombres pensadores de esa época,
pero no vieron la decadencia del hombre mismo en sus valores
humanos. Desde luego, Rousseau elabora una propuesta para el
restablecimiento de la sociedad civil basada en la
política de la "voluntad general", que según el
autor el hombre puede alcanzar su realización humana sin
necesidad de la coerción social ni jurídica, porque
en él subyace lo bueno, la maldad es producto de la
sociedad que lo desvía el desarrollo natural de la esencia
humana. Entonces para lograr este propósito
político es necesario plantearse medios, de ahí
surge su obra "Emilio o de la Educación" en la cual expone
cómo se debe educar al hombre. En las primeras
páginas -que tenemos a la mano como material de apoyo-,
puede ser un indicador para saber los métodos
pedagógicos planteados por el autor. No se propone formar
hombres profesionales, doctores, militares, curas, etc, sino a
que el hombre ante todo sea un hombre. Este es el fin de la
educación del autor. Para tal efecto es necesario educar
al hombre desde su nacimiento sin direccionar, hacer
únicamente a que la naturaleza humana se desenvuelva
correctamente sin prejuicios ni recetas sociales. Esto obviamente
no significa la vuelta a la naturaleza, sino su planteamiento es
para mejorar los problemas de la sociedad civil.

III. DESARROLLO

  • 1. LA ESENCIA DEL HOMBRE

Rousseau parte de una concepción
antropológica para plantear la propuesta
pedagógica, "Todo está bien al salir de las manos
del autor de las cosas…". Esta cita expresa el fundamento
antropológico donde está implícita la
concepción del hombre: el hombre es bueno por naturaleza.
Esta concepción es el punto de partida de su discurso
pedagógico del autor. Que tanto al autor como a los
pedagogos abriga una esperanza, de que el hombre es mejorable a
través de la educación ya que en su esencia yace lo
bueno.

La educación como el medio de la formación
del hombre, nos es dada a través de las acciones de los
mayores, por tanto: "A las plantas se las forman mediante el
cultivo, y los hombres mediante la educación…Todo cuanto
no tenemos en nuestro nacimiento y que necesitamos de mayores,
nos es dado por la educación" – reitera el
autor.

Partes: 1, 2, 3
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